
Pienso que en esta vida todo llega a su debido momento pero, todo lo que nos ocurre es fruto de las decisiones que ya hemos tomado en el pasado.
Un buen vino, necesita de mucho tiempo y de mucho cariño. Todo comienza en el campo, donde hay días que hace frío, otros días hace calor pero, la vid sigue su camino gracias al viticultor.
Al cabo de un año, se recolecta la uva y se lleva a la bodega para convertirla en mosto, que después de unos meses, se convierte en vino.
Hay vinos que no tienen crianza y hay otros, que sí. Se dice que un vino tiene crianza cuando está un tiempo dentro de una barrica de madera.
Ahora pensarás, ¿por qué me cuenta todo esto? Porque lo bueno, necesita de tiempo para convertirse en ello. Piensa bien lo que quieres hacer y contáctame rellenando el siguiente formulario.